lunes, 11 de marzo de 2013

Un domingo de furia.

Domingo apacible , día de descanso, asado o pastas, familia,paseo, café con amigos, mate,cine,lectura.
Podríamos describir al domingo con algunas de estas palabras y ,seguramente, con muchas mas de  tono similar.
El domingo de ayer tuvo otras palabras que lo describieron.
Muerte. Un joven de diecinueve años fue con un amigo a hacer una compra a una estación de servicio en La Plata, mas precisamente en City Bell. Un grupo de hombres se acercó, comenzaron a increparlos y a darle patadas al auto de los jóvenes . Juan Pedro, tal el nombre de uno de los jóvenes agredidos, jugador de rugby,escapó creyéndose victima de un robo. Lo persiguieron seis cuadras y le dispararon varias veces. Una de esas balas dio en su ojo. Murió horas después.
Salvajismo. Un grupo de hinchas de un equipo de fútbol (¿importa de que equipo?) emboscó a hinchas de otro equipo en la Avenida General Paz. Tres hinchas fueron apuñalados y están internados en grave estado. EL mismo día murió baleado otro hincha , en La Plata y ,tres días antes, otro hincha en Tigre.
Mas muerte. En Junín, Provincia de Buenos Aires, un joven entra a un kiosco y dispara en el pecho de Karen , de diecisiete años. La bala da en su pecho y la mata.El kiosco queda en la esquina de la comisaria. Las noticias dan cuenta de que un grupo de gente se agolpó frente a la municipalidad y la incendió.Ver en la televisión como los políticos  -aquel peculiar grupo de personas que cobran salarios altísimos pagados por todos nosotros para nunca hacer lo que deben- se inculpan mutuamente: "Fue la extrema derecha del peronismo, los de Duhalde", dicen unos. "La gente no da mas y reacciona", dicen otros. Como si algo de todo esto realmente importase. Como si algún argumento de este tipo pudiese llevar sol a la sombras en las que se encuentran los destrozados padres de Karen.
Mas salvajismo, mas muerte. Un turista alemán ,Herman Peterle , de 74 años y su esposa Briggite, que habían llegado al país a principios de febrero,y venían recorriendolo en una motorhome, fueron sorprendidos mientras miraban el amanecer en los Acantilados de la costa marplatense. Golpearon con una piedra la cabeza de Herman hasta matarlo, y dejaron inconsciente a su esposa. Les robaron un GPS y algo de dinero.

El gobierno de Cristina Fernández se quedó sin el argumento preferido de aquellos que llegan al poder. Echarle la culpa a la herencia recibida. Los casi once años de gobierno Kirchnerista hacen que las culpas o sean de Néstor o sean muy viejas. 
Queda a mano , entonces, el relato. El relato que habla de "sensación de inseguridad" y que tiene en los medios opositores -cuando no- a los creadores de dicha sensación.
Nada nuevo. Es el mismo relato que nos dice que la inflación es menos de la mitad de lo que dicen las góndolas.  El  mismo relato que nos dice que cuando  se corta la luz, es porque "alguien bajó la palanca" (De Vido dixit). Es el relato paupérrimo que nos quiere hacer creer que podemos dejar de ser indigentes si comemos con seis pesos diarios.
Y si no sos indigente y perteneces a esa minoría vendepatria que fuga capitales viajando al exterior, el relato te dice que con u$s 80 por día la vas a pasar bárbaro.


Mientras en la mano de Randazzo refulge un reloj de 20.000 euros , Briggite la esposa del turista alemán    viaja con el cadáver de su marido en la bodega, mientras Cristina luce carteras  de precio vergonzante , el padre de Juan Pedro se parte de dolor en City Bell, mientras algunos jóvenes militantes  a sueldo escriben el relato , el padre de Karen no para de llorar.
Va siendo hora ya de que los argentinos dejemos de votar por presentes de impúdico bienestar y entreguemos nuestro voto en pos de un futuro con valores hoy perdidos, ignorados, proclamados en vacuos discursos dados a mercenarios del aplauso.