lunes, 24 de agosto de 2020

Enumeración.








 Mí viejo dándome la mano para cruzar la calle.

El primer día de clases con el guardapolvos blanco almidonado. 

Un sueño frío en 1972.

La orilla del mar tan fría como el sueño.

Mamá dejándome comer unas pasas de uva antes de preparar el pastel.

La caminata a casa después de bailar con mí amigo de tantas caminatas.

Mí hermana y yo en la habitación de la que jamás nos olvidariamos.

Mí abuelo lavándose los pies en la pileta del fondo de su casa.

Los almanaques completos de cruces esperándola.

El temblor en mis manos al tocar a mí hija aún tibia de útero.

La melancolía de mí mediocridad irremontable.

Las despedidas inevitables aunque agriamente tempranas.

La tarde de sol en la que supe que ya no volvería.

El jacarandá en mí vereda.

Mí perro mirándome antes de irse.

El insuperable dolor de que mí hijo me ignore.

El sabor del whisky.

La inútil culpa de haberla perdido.


La vida,esa enumeración.