martes, 20 de enero de 2015

Un piano simple y profundo que suena.





Llego a casa cansado no se dé que.
Antes de sentarme y derretirme en mi sillón,
Libero el bourbon en el vaso de cristal.
No me molesto en buscar hielos.
Pulso unos pocos botones y oigo, casi sin escuchar,
La voz , aflautada y conocida, cala hondo, estilete.
Entre el despertador que me rescata de una noche amarga
Y el volver a apoyarme en mi almohada
Hay casi nada.
Intento no pensar en tu ausencia, pero fracaso.
Se descascara mi cascara de risas y optimismo.
Siento que me estoy ajando.
Ya quedó atrás el tiempo de planes y soñares.
Hoy vivo esta urgencia de placeres y presentes.
En este tiempo sin vos .Espeso, interminable.

Entresueño. Suena un banjo.
Con mi mano corro el pelo dorado 
que cae sobre tu mejilla y no me deja
Ver
tus ojos.
Verdes.
Me mirás. Sonreís.
Cuando te acercas , te huelo.
Es verano. Y también huelo sal.
¿Cómo saber allá, hace tanto, que nunca te olvidaría?
¿Lo sabré al despertarme?

Sonrío .Abro los ojos.
El reloj dice cosas que no me importan.
Me pregunto cuantos mas seremos
los que vivimos en la certeza de ser 
lo que no queremos
De tener lo que no necesitamos
De ansiar lo que perdimos
Me pregunto cuantos mas seremos
los que ,sin querer, nos resignamos
a no volver a temblar , a flotar.
Los que vivimos en el pavor de no intentarlo.

Entre la ausencia filial y tu recuerdo
No hay nada mas que vida.
Me visto con mi mejor sonrisa.
Me miro al espejo.
Abro la puerta,
Salgo.