La arena moja la espuma del mar.
Dos cuervos asustan a un espantapájaros que no tiene donde
ir.
Mil rayos de tierra enfrían un sol lejano y tibio.
Una lagrima trepa y
se oculta en el ojo.
La víctima se arrodilla y suplica. El asesino perdona.
La isla llega al barco. Y lo rescata de tanta ola inquieta.
La mejilla golpea a la mano dolorida. La otra mano se
ofrece.
El hijo maldice al padre, lo reta. El padre, baja la cabeza.
Llora.
El árbol golpea al hacha. Daña el metal, lo quiebra.
El paciente cura a un medico doliente.
En la esquina, una mujer acosa a un joven, que huye.
Un libro lee a un hombre en una tarde cualquiera. Y lo
termina.
Un antílope plateado corre a un tigre dorado. Lo alcanza.
Mi gato se esconde de las ratas que lo esperan tras un
arbusto
Tan gris como ellas.
Y, mientras la arena sigue mojando la espuma del mar,
Yo estoy acá, viendo a mis recuerdos irse
Sintiendo como el olvido llega a mí.