viernes, 1 de mayo de 2015

Un viaje de diez metros





Hace algún tiempo atrás, con una amiga intercambiamos opiniones acerca de películas. Mas que opiniones eran recomendaciones. Le nombré  algunas , pero ella no fue reciproca con las recomendaciones. Mi amiga tiene una cualidad que a estas alturas , quizás , sea una virtud: es muy parca. En aquella ocasión , recuerdo, me dijo: estoy viendo una película, ahora mismo: es buena.



Meses después , luego de cenar, estoy con mis hijos y digo: ¿Vemos una película? Es un sábado lluvioso y apenas frío que nos tiene reunidos en el cuidado de nuestro pequeño perro, recién operado. Después de decir esto, comienza la rutina rito. Revolver entre películas compradas pero nunca vistas. Ponernos de acuerdo. Impongo una condición: Que nos guste a los tres.
Cuando veo sobre la mesa del televisor el sobre con la película, me acordé de aquella calificación de  mi amiga: Buena. y pensé :¿Porque no? Vamos a verla.


He aquí una breve reseña de "Un viaje de diez metros".







Una familia india que debe escapar de su país por motivos políticos, arrastrando la muerte de la madre matriarca en su huida. El dolor del desarraigo en Inglaterra. La mudanza a Francia en búsqueda de quien sabe que. Un accidente fortuito que mucho tiene de destino. El encuentro con un pequeño pueblo de montaña lindante con Suiza. El empeño de un padre patriarca en establecer un restaurante con comidas indias justo en frente de un exitoso, renombrado y premiado restaurante francés. La resistencia del poblado a aceptar a los "extraños". Y otra vez la violencia , como si no hubiese lugar indiferente a ella.
En medio de todas estas historias , el amor. El amor de una madre. El amor de una joven pareja.
















El amor de un padre que acaricia la mejilla de su hijo. El amor de una pareja no tan joven.
Todo ello enmarcado en imágenes  de un pueblo soñado, con el sol que se pone en las montañas y deja ver prados verdes y nieves blancas. Primeros planos en cámara bien lenta de una comida que se cocina, a contraluz. Y primeros planos de miradas que dicen. 
Nada difícil de encontrar en el sueco Lasse Hallström  (¿A quién ama Gilbert Grape?, "Siempre a tu lado").
El elenco es impecable, con desconocidos (¡al menos para mí!), salvo quien encarna a la exigente dueña del restaurante francés´, la inigualable Helen Mirren


El resto es verla.












Habiendo cumplido con la reseña y, sobre todo, con lo breve de ella, diría que mi escueta amiga se quedo corta : la película no es buena. Es muy, muy buena.