lunes, 25 de noviembre de 2013

¿Podría ,hoy?



El 6 de octubre de 2012 usé este blog para escribir:   http://laexactituddeldolor.blogspot.com.ar/2012/10/y-ya-no-mas.html

¿Podría escribirlo hoy? 

Claro que si. Como tantas otras cosas.
Como algunas, como estas:

Reencarnar.


Imagino despierto -¿será soñar?- con nuestro reencarnar.
Pero que no nos cambien, amor,
Que no nos cambien.
Y ser los mismos que fuimos.
Y así poder recorrer, juntos, una vez más
Aquella tarde.
Y tomarnos de las manos de temblor
Y mirarnos con ojos de cristal, y de miedo.
Y besarnos con labios de descubrir.
Y esta vez sí, ya no soltarte.

Y seguirte. Y ya no esperarte.


Marea
En el delicado manantial de la memoria
Fluyen voces, aromas, colores, texturas.
Y el sabor de tu boca.
Ya no necesito cerrar los ojos para tenerte
De nuevo conmigo, como ayer.
Por dondequiera que vaya, allí estas.
Entre personas, sentada allí, en silencio,
Con esa sonrisa que de hielo me deja.
Tu inocencia de ayer permanece en mí
Como un delicado capullo, inalterable.
Ya no peleo con mi deseo de olvidarte
Hoy, me resigno a tenerte siempre aquí,
En este agua omnipresente en la que floto,
A la espera de la última marea,
el olvido. 


Diciembre.


Diciembre llega a galope de un verano indeseado.
Un viejo año, un nuevo año,
Y otra vez las copas. Y los placeres sin medida.
Y sin placer.
Y otra vez los besos. Las sonrisas.
Y las mentiras por doquier.
Y salir a caminar, escapando a los estruendos.
Y volver a recordar, en el  brillo de mi copa,
Tu mirada que no está.
Y no estará.
Ya no espero repetir felicidades.
Miro el cielo iluminado por estrellas de papel.
Fuerzo una sonrisa. Brindo. Miento.



Mueca.

Veo en una cara desconocida
La resignación. Mueca. Rictus.
La tristeza de sus ojos. Algunas arrugas jóvenes,
Tapando sueños.
Estira su brazo, detiene el colectivo. Sube.
Nunca más la veré.
Unos pasos más allá,
                                       Otro joven.
Con esa mueca, otra vez.
                                       Rígida cara , enojo en piel.

¿Quién nos dirá, sino el espejo, que la hora de los sueños ya pasó?
Que ya se fue, que solo es esto.
Esto y nada más. 


Noche y vos.

Es de noche.
De verano tibio.
Las hojas quietas, arropandonos.
Junto al mar las noches son más noche.
La luna, apenas. Tres o cuatro estrellas .Y las olas que murmuran paz.
Te veo sentada, con los ojos cerrados,
Como esperando al sol.
La copa en mi mano, la uva en mi boca.
Sonrío. Quisiera eternizar este momento.
Me despierto.
Abro los ojos. Y no estás.
Los cierro, con fuerza. Y allí estas, otra vez.
Ahora con tus ojos abiertos, mirándome.
Te tomo la mano. Ya aprendí.
Eres mía.



Pincel.

Quisiera ser
Lo que quieras que sea
Para vos.
Quien prepare tu café, en las mañanas.
Quien te pelee, quien discuta con vos.
Si así lo quieres.
Quien suba a pelear y deje cuerpo y dientes, por vos.
Quien te adore, en tu altar.
Quisiera ser quien espere tu llegada
En el frio de abril.
Y compartir tu nado en el mar de nuestras vidas.
Y ser tu depravado y quien te deprave.
Y ser parte de tu colección. Y estar allí,
 A   la espera de que me tomes de tu repisa.
Y estar allí, lienzo
Para vos, pincel.


Impedir

¿Estás?
           Me fui.
¿Volverás?
           No.
Hay algo que no podrás hacer:
          ¿Qué?
Impedir que te ame. 
Impedirme que te sueñe.