martes, 12 de enero de 2016

Felinos









A mi no me gustan los gatos. Ni un poquito. No por su belleza, que es innegable (aunque , si es por preferir , prefiero aquellos felinos mas grandes, digamos , un tigre o un leopardo, aunque entiendo lo complicado de su adquisición y posterior tenencia en una casa) , yo creo que no me gustan por aquello que ,justamente, hace que otras personas los adoren: su independencia. El gato (cuando digo gato no estoy haciendo diferencias de genero) hace literalmente lo que se le canta. Lo llamás, no viene. Lo alimentás y come...si quiere. Le decís que no y mas te vale que acompañes ese "no" con algún gesto , mas o menos violento como un buen chancletazo contra el piso o un grito mas o menos intimidante  o algo por el estilo porque sino ni mu....Y olvidáte que recuerde eso que motivó el reto...lo volverá a hacer , una y otra vez, hasta que pasen una de dos cosas: termines aceptando al maldito o matandolo.
Todo esto que digo lo digo por la experiencia que me da el hecho de que , hace cosa de dos meses , dos gatos , mas precisamente gatas, y mas precisamente aun, madre e hija, se aparecieron en casa.
Los primeros días me los pasé azuzandolas para que se vayan de una buena vez. Ambas salían disparadas a una velocidad pasmosa y me dejaban contento a la mañana cuando salia para el trabajo. 

Al volver, debajo del alero del techo de mi casa, allí estaban. Al volver a azuzarlas , noté que ya casi no corrían,...me miraban, me estudiaban y solo al acercarme, daban uno o dos saltos y se alejaban de mi.
No es necesario que les diga que a la mañana siguiente allí estaban. Así durante una semana. 

A la semana ,llamé a mi hija , quien vive conmigo, y le dije , intentando un tono severo y poco creíble: 
"Las cosas son asi: yo les pago el veterinario y el alimento. Pero con estas condiciones: 1) No entran a la casa 2) El Rey de la casa es "Aleph" , nuestro Dogo Argentino de casi un año. 3) Yo elijo  los nombres.

Mi hija me miró y dijo : ¡Siiiii! ¿Como se van a llamar?

Uno y Dos. Contesté.

Así fue como , a partir del día siguiente, hay dos comederos , uno rojo y el otro amarillo, en el frente de mi casa.
Así fue como, desde aquel día, no cesan los maullidos por razones que desconozco y ,luego de ponerles comida y ver que los maullidos continúan, desconoceré.
Asi fue como noté que la capota de mi viejo Citroen 3CV tenia una forma rara, como un "pozo"... me di cuenta que era porque alli "descansaban" "Uno"  y "Dos".
Así fue que  vi como , después de abrirle la puerta a "Aleph", mi temible Dogo, luego de que ambos demonios me despierten con sus maullidos,y esperando ver una verdadera masacre comprobé tristemente aunque con algún alivio que "Uno" sacó carpiendo a "Aleph" -la primera vez- y lo rasguño -la segunda vez- en su trompa blanca , dejandole una marca roja de sangre desde su ojo, el que salvó por milagro, hasta su trufa. Desde ese día cuidamos a "Aleph" de "Uno" y "Dos".

En estos días de enero de temperatura africana, no puedo dejar abierta la ventana del frente porque por allí entran "Uno" y "Dos". No se que buscan. Mi hija ,pretendiendo enternecerme, me dice:"Quieren que las acaricies". Minga.
Ayer, al ir a acostarme, "Uno" estaba en mi cama. Sobre MI almohada. Yo ya había cerrado la ventana por la que entró. Mi ojota rebotó sobre mi almohada ya vacía. "Uno" es muy rápida para mi. Bajó las escaleras y saltó hacia afuera. El vidrio de la ventana cerrada la hizo rebotar. Sonreí y pensé:"Tan inteligentes no son". Alegrarme de que una gata se estampe contra una ventana no es motivo de orgullo,todo lo contrario: la miré y entendí su confusión, le abrí la puerta y salió.

Hoy al mediodía , al llegar, la veo a mi hija con algo entre sus brazos. Algo pequeño. Me acerco. Inmediatamente me di cuenta que lo de "Dos" no era panza.
Mientras entraba puteando a mi casa , me juramente algo: este nunca será "Tres".








No se si continuará.