sábado, 6 de diciembre de 2014

Lento ,silencioso y carmín.

Estaba seguro de estar soñando.  Por el silencio.
En los sueños las imágenes son excluyentes y los sonidos,  ausencia.
Todos recordamos,  cuando podemos recordar lo soñado,  imágenes. Nunca sonidos ni olores.
La sonrisa en la cara de la persona amada, sus dientes blancos, fulgor.
La lágrima que desciende lenta en la mejilla en la tarde del adiós.
Los pasos mudos de quien se aleja para no volver.
 La sabana carmín que deja ver sinuosidades.
Todo en el más absoluto de los silencios.
Como si los protagonistas de nuestros sueños supiesen que su creador,  su espectador estrella, descansa y sueña, y por allí van, cuidadosos,  intentando no despertarle.
Ya son muchas las noches en las que  sueño con tu vuelta. Con tu abrazo, tu beso. Y mi mano acaricia tu pelo, baja hasta tu hombro, te digo algo al oído.
No escucho. Todo es en silencio.
El más desnudo de los silencios.